Es importante que mantengamos siempre los recipientes limpios, que estén sujetos o pesen para que no vuelquen con facilidad y que tengan debajo una alfombra o papeles para facilitar su limpieza. Deberemos tener especial esmero con el agua y procurar que no le falte, y que esté siempre limpia y fresca.
El espacio del que dispondrá el cachorro para comer deberá ser siempre el mismo, si es posible, en un lugar de fácil acceso y que no sea de paso para que el cachorro coma tranquilo. No cambiaremos esta ubicación a no ser que sea necesario.
Con qué frecuencia le damos de comer
- Entre las seis y las ocho semanas de edad, le alimentaremos tres veces al día.
- A los seis meses, empezaremos a darle de comer dos veces al día hasta que se haga adulto.
Es importante que controlemos que no alcanza sobrepeso, por lo que consultaremos las raciones adecuadas en las bolsas de los alimentos, ajustaremos las cantidades y, si es necesario, pediremos consejo al veterinario. Debemos saber que el estómago del cachorro no debe sobresalir y que hemos de poder palparle las costillas.
Puede que, con el cambio de hogar, el cachorro sufra trastornos leves que le produzcan problemas digestivos, así que, aunque es mejor no cambiarle la dieta, si debemos hacerlo será de manera progresiva durante 7 o 10 días y de la siguiente manera: Primero, mezclaremos un poco de la nueva comida con la habitual, e iremos aumentando esta dosis a medida que, también durante diez días, disminuyamos la dosis de la habitual. Este proceso es especialmente importante en el cambio de comida enlatada a comida seca.
Con cachorros no destetados o razas pequeñas, a veces es necesario humedecer el pienso con un poco de agua para facilitar su ingestión. A medida que crezcan, podemos disminuir la cantidad de agua o mantenerla.
Qué evitar en su dieta
- Agua muy fría, porque puede sentarle mal y hacerle daño.
- Huesos, porque podría atragantarse con ellos o rasgarse el cuello, el estómago o los intestinos.
- Restos de comida, pues podría adquirir un mal hábito, si lo toma como un capricho, y le podría producir obesidad ya que son ricos en calorías.
- Comida mientras nosotros estemos en la mesa. Tampoco permitiremos que nadie lo haga, ya que podría acostumbrarse a pedir o a coger la comida de la mesa.
- Comida de gato, ya que, como es lógico, esta comida está exclusivamente destinada a las necesidades del felino y no a las del cachorro.
Durante el adiestramiento es importante premiar al cachorro con una pequeña golosina, una galleta o una bolita de pienso, si actúa correctamente y obedece, pero debemos evitar darle golosinas o premios entre las comidas.
Los premios no deben ser nunca alimentos humanos pues algunos como, por ejemplo, el chocolate, podrían resultar muy tóxicos para el cachorro.