El coche es el medio de transporte más común y sencillo para viajar con animales. Cuando lo precisa, el animal puede salir, pasear, comer, beber y hacer sus necesidades. Si no está acostumbrado a ir en coche, es aconsejable hacer recorridos cortos antes de realizar un viaje largo.
- Si es de pequeño tamaño, puede acomodarse un trasportín o cesta, que facilita que esté quieto, evitando así que se maree. El trasportín o cesta debería situarse en una posición elevada para reducir el impacto del traqueteo.
- Los perros grandes deberán ir sujetos. En los coches familiares, lo mejor es instalarlos en la parte trasera, separados del resto de ocupantes por una rejilla o un armazón extensible. En los demás coches, hay que colocar al animal en el asiento trasero, sentado en el asiento detrás del copiloto y sujeto con una correa. La Dirección General de Tráfico prohíbe que vayan sueltos tanto en el asiento trasero del coche como en el delantero Es recomendable llevar una toalla o una manta, que, además de proteger la tapicería del coche, dará un aire familiar al rincón asignado al animal.
- Impediremos que saque la cabeza por la ventanilla, pues le puede causar otitis y conjuntivitis, o podría entrarle alguna mota de polvo en los ojos, en los oídos o en la nariz. Además, el exceso de aire frío en los pulmones puede provocar enfermedades.
- Si tenemos que dejar al perro en el coche, aparcaremos a la sombra, sobre todo en verano, y dejaremos siempre las ventanillas un poco abiertas, asegurando que la abertura no le permita sacar, ni trabar, la cabeza. No nos ausentarnos durante demasiado tiempo, ya que podría cambiar la zona de sombra y, si el sol calienta demasiado, el coche el animal podría sufrir un golpe de calor.
- Es conveniente hacer paradas cada dos o tres horas, para que el perro pueda hacer algo de ejercicio, beber y hacer sus necesidades. Antes de abrir la puerta, lo colocaremos en el trasportín o le pondremos la correa, para impedir que salga corriendo y sea atropellado por otro coche.
Hay que tener especial cuidado también con las retenciones de tráfico. Si estamos demasiado tiempo parados, el perro puede sufrir una insolación o un golpe de calor. Nos detendremos y saldremos a dar una vuelta, si fuera necesario.