De un pequeño sueño a un gran legado: 50 años creciendo juntos
Todo comenzó en un momento clave de su vida. Tras haber dedicado años a ayudar a mujeres en situación vulnerable, Consuelo sintió también la necesidad de crear algo propio, donde poder aplicar su fuerte sentido del emprendimiento, y sus ganas de aportar en los ámbitos económico y social. Algo que fuera suyo y en lo que pudiera plasmar su esencia.
"Al poco de nacer mi último hijo, decidí que quería hacer algo de provecho en mi vida. Siempre me habían apasionado las plantas y sentía la necesidad de transmitirlo también a los demás. Cultivando mis propias plantas en el jardín de mi casa y con un carro de mulas comenzó mi gran aventura."

Con el jardín de su casa como vivero y un carro de mulas como punto de venta, empezó a compartir su amor por las plantas con la gente de su alrededor. Con esfuerzo, superando retos y con la ayuda de su familia, abrió su primer centro de jardinería en Aravaca, un pequeño rincón verde que pronto se convirtió en un punto de encuentro para los amantes de la naturaleza.
Para Consuelo, además del éxito empresarial, era fundamental el impacto positivo que su proyecto generaba en las personas. En sus clientes, en su familia y, sobre todo, en el equipo humano que día a día trabajaba con ella intensamente, codo a codo, sacando adelante la empresa y haciendo crecer su sueño.
Han pasado por aquí abuelos con sus nietos, padres con sus hijos, amigos en busca de algo más que una simple planta. Han buscado un recuerdo, un instante especial que sigue vivo con los años.
Desde aquel primer día en que abrimos nuestras puertas, hemos evolucionado sin perder nuestra esencia. Pasamos de ser un único centro de jardinería a consolidarnos como un referente con:
- Un viaje de crecimiento y transformación.
- Cinco centros de jardinería llenos de vida y conocimiento.
- Una tienda urbana, llevando la naturaleza al corazón de la ciudad.
- Una plataforma online, porque la pasión por las plantas no tiene fronteras.

Fronda, un jardín de recuerdos
Para la familia de Consuelo, Fronda fue también un espacio de juego, aprendizaje y conexión. Sus nietos recuerdan los días en los que pasaban las mañanas de los sábados entre plantas, explorando rincones verdes y creando recuerdos imborrables.
Para muchos, Fronda no es solo un centro de jardinería, es un lugar lleno de historias. Nuestros clientes han compartido con nosotros sus primeros huertos, sus jardines llenos de flores en primavera, los bonsáis que han cuidado durante años y hasta las plantas que han pasado de generación en generación.
50 años después, lo que nos une sigue intacto
Ese espíritu de cercanía y conexión con la naturaleza sigue vivo en Fronda. 50 años después, la esencia de la empresa sigue intacta: un lugar donde cada persona puede encontrar un rincón especial, una planta que cuidar y un espacio donde sentirse parte de algo más grande.
Hoy, al celebrar nuestro 50 aniversario, no solo conmemoramos medio siglo de historia, sino que celebramos el vínculo que nos une con cada persona que ha formado parte de este viaje.
Seguimos creyendo en el trato cercano, en compartir conocimiento con cariño y en la experiencia de entrar en nuestros centros y sentir que aquí, entre plantas y flores, siempre hay un lugar para cada persona.
Gracias por ser parte de nuestra historia. ¡Por otros 50 años CRECIENDO juntos!

Periodista de profesión y jardinera de corazón, Virginia ha dedicado los últimos años a enriquecer la comunidad de Fronda con su experiencia y conocimiento profundo en el cuidado de las plantas. Su trabajo refleja no solo su amor por el verde sino también un compromiso con la precisión y la calidad, siendo asesorada por los más destacados expertos de Fronda. Cada artículo de Virginia es un testimonio de su viaje continuo a través del aprendizaje y la colaboración, asegurando que cada lector pueda cultivar no solo plantas, sino también amor por la naturaleza.