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Esta planta carnívora, cuyo nombre proviene del griego ne (no) y penthos (dolor), consta de especies variadas, todas ellas originarias de Nueva Guinea, Australia, Borneo o Sumatra, entre otros lugares. Segrega un néctar que atrae a las presas hacia las jarras que cuelgan de los extremos de sus hojas, de modo que cuando el insecto entra no puede salir, debido a los pelillos que lo encierran y le impiden huir.
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Esta planta carnívora, cuyo nombre proviene del griego ne (no) y penthos (dolor), consta de especies variadas, todas ellas originarias de Nueva Guinea, Australia, Borneo o Sumatra, entre otros lugares. Segrega un néctar que atrae a las presas hacia las jarras que cuelgan de los extremos de sus hojas, de modo que cuando el insecto entra no puede salir, debido a los pelillos que lo encierran y le impiden huir.
Cuidados
- Evita poner esta carnívora al sol directo, pues se podrían quemar sus jarras y hasta sus hojas. En cambio, pueden adaptarse a lugares más oscuros, pese a que eso suponga una pérdida de brillo en sus hojas.
- No necesita abono, pues es suficiente con los insectos capturados, aunque, si no los hay, habría que proporcionarle hormigas o moscas, por ejemplo.
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